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martes, 17 de febrero de 2009

SABINA CANARIA (Juniperus turbinata ssp. canariensis) “La novia del viento”

La desaparición a la que se condenó al bosque termófilo tiene como dramática víctima a la sabina canaria, la cual, pareciera que se afanase en tomar formas cada vez más retorcidas en un intento por convertirse en arte y así, quizá, ser indultada del hacha.

La sabina canaria, cuyo nombre científico es Juniperus turbinata ssp. canariensis, es un arbusto o árbol de hasta 8 metros de altura (ejemplares extraordinarios llegan a medir hasta 10 metros) endémico de las Islas Canarias. Su tronco es rígido y retorcido, de color marrón rojizo o gris y de aspecto quebradizo al envejecer. Sus hojas son escuamiformes, más o menos triangulares y apretadas junto a las ramitas. El sistema de crecimiento de la sabina es propicio para que esta acabe cediendo a la fuerza de los vientos dominantes en la zona, adoptando una posición retorcida. Esto se debe a que las terminaciones tiernas y verdes de sus tallos se van convirtiendo cada vez en más leñosas y rígidas, como petrificándose poco a poco, inclinadas por la fuerza del viento.

Es una especie monoica (con flores masculinas y femeninas en el mismo ejemplar) que florece en invierno, primavera y otoño. Su fruto es un cono globoso de color verde al principio y rojizo y resinoso al final, madura durante el segundo año.

La sabina forma, junto con especies como la palmera, el drago, acebuche o mocán, el castigado bosque termófilo canario. Además la sabina llega a tener formaciones boscosas casi puras llamadas sabinares.

La situación actual de esta especie no es ni mucho menos la que le confirió la historia natural del Archipiélago Canario, sino el resultado de la tala desmedida y de la ocupación de las tierras de medianía por parte de los cultivos y los núcleos de población.

Aún así hoy podemos observar sabinares tan espectaculares como el de La Dehesa en El Hierro, grandes poblaciones de sabinas en la Gomera y espacios mucho más reducidos en otras islas. El sabinar mejor conservado de Tenerife se encuentra en las cumbres de Afur, en el macizo de Anaga.

Hoy en día se están llevando a cabo algunas repoblaciones de sabina en diversos puntos de las islas, un ejemplo de ello es el Proyecto Life, que intenta reponer los sabinares arrebatados al macizo de Teno.

Al igual que la otra especie de Juniperus, el cedro canario, la sabina se encuentra afectada por la desaparición de especies córvidas como el cuervo o la graja, ya que los frutos de estas dos especies de Juniperus necesitan pasar por el tracto digestivo de aves para estar en su óptimo de germinación.

A pesar de todo, es posible reproducir esta especie a partir de esquejes, así como realizar una serie de tratamientos artificiales a la semilla similares a lo realizado por las aves al ingerirlas.

3 comentarios :

Juanillo dijo...

Tienes un premio por tu trabajo, recógelo en http://senderismogc.blogspot.com/2009/02/nos-han-dado-un-premio-symbelmine.html un saludo y a seguir en la brecha.

junior dijo...

soy bobo

Anónimo dijo...

hola. tienes mas información sobre la reprodución de las sabinas?

que tamaño tienen que tener las esquejes? Tengo que quitar las hojas? Cuanto las tengo que regar: Cada día? Una vez a la semana? Y cuanto tiempo? Un año? Mas? O solo unas semanas?

Algunas ramas que tengo tienen frutas. Las quito?

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